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Alcohol

  • Foto del escritor: lasheroínashcp
    lasheroínashcp
  • 13 mar 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 23 mar 2019


El alcohol es un líquido incoloro, en cuya composición está presente el etanol, ya sea de forma natural o adquirida y es soluble tanto en agua como en grasa. Se caracteriza por ser una sustancia psicoactiva, depresora del sistema nervioso central, y con capacidad de causar dependencia.

El consumo de alcohol forma parte de los usos y costumbres de España, es nuestra droga cultural por excelencia, hasta el punto de que el hecho de beber es considerado normal. Tres cuartas partes de la población española beben de manera esporádica o habitual. Sin embargo, actualmente se está tomando conciencia de que el alcohol es una droga más y de que su consumo no es en absoluto inocuo. Para demostrarlo, hemos realizado una encuesta con muestra de 251 personas, en la que el 82,9% piensa que el alcohol es una droga más.


Existen dos tipos de bebidas alcohólicas: las fermentadas y las destiladas.

Las bebidas fermentadas son las procedentes de frutas o de cereales que, por acción de las levaduras, el azúcar que contienen se convierte en alcohol. Las más comunes son:

  • El vino es el producto resultante de la fermentación de las uvas frescas o del mosto. Su contenido alcohólico suele oscilar entre los 10 y los 13 grados.

  • La cerveza se obtiene a partir de la malta cervecera, procedente de la transformación de la cebada y otros cereales. Su contenido de alcohol suele oscilar entre los 4-6 grados.

  • La sidra, procede de las manzanas trituradas y fermentadas. Su contenido en alcohol suele alcanzar los 5 grados.

Las bebidas destiladas se consiguen eliminando una parte del agua contenida en las bebidas fermentadas gracias a la destilación. Las más conocidas son:

  • El coñac o brandy, que deriva de destilados del vino criados en vasijas de roble.

  • La ginebra, que resulta de la destilación de macerados de bayas de enebro y otros cereales.

  • El whisky, que se origina de mezcla de cereales (cebada, maíz, centeno).

  • El ron, que se obtiene de la destilación de la melaza fermentada de la caña de azúcar o de remolacha.

  • El vodka, que se obtiene de varios cereales, generalmente centeno y también de la patata.

El consumo abusivo de alcohol tiene un gran impacto en términos tanto de salud como sociales.

El alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Es eliminado finalmente a través del hígado.

Además, existen circunstancias o características del consumidor que pueden acelerar o agravar los daños asociados a su consumo. Algunas de estas circunstancias son: la edad (los jóvenes son más sensibles al impacto que tiene el alcohol en la memoria o el aprendizaje), el peso (afecta de un modo más grave a las personas con menor masa corporal), el sexo (las mujeres metabolizan el alcohol de manera diferente a los hombres, por lo que ante un hombre y una mujer del mismo peso, ella experimentará los efectos del alcohol de manera más rápida), la cantidad y rapidez de la ingesta (una mayor ingesta de alcohol en menor tiempo provocará una mayor posibilidad de intoxicación), la combinación con otras sustancias o con bebidas carbónicas (aceleran la intoxicación) y la ingestión simultánea de comida (la ingesta de alimentos grasos enlentece la intoxicación pero no la evita)


Los efectos inmediatos del exceso de alcohol en el organismo pueden ser:

  • Somnolencia

  • Dificultad para hablar

  • Náuseas y vómitos

  • Diarrea, acidez y ardor en el estómago

  • Dolor de cabeza, dificultad para respirar

  • Visión y audición alteradas

  • Alteración en la capacidad de raciocinio

  • Falta de atención, alteración en la percepción y coordinación motora

  • Blackout alcohólico que son fallos en la memoria, en las que el individuo no consigue recordar lo que ocurrió mientras estaba bajo la influencia del alcohol

  • Pérdida de los reflejos

  • En los casos más graves puede ocurrir un coma etílico.

Si una persona toma habitualmente bebidas alcohólicas en exceso, pueden aparecer efectos a largo plazo como pueden ser:

  1. Aumento de la presión arterial: el alcohol contiene calorías que favorecen el aumento de peso a largo plazo, que, a su vez, es un factor de riesgo para la hipertensión. Otro mecanismo es el engrosamiento de las paredes arteriales que disminuyen el flujo del paso sanguíneo contribuyendo al aumento de la tensión.

  2. Arritmia: puede afectar al funcionamiento del corazón pudiendo hacer que lata más rápido y a un ritmo irregular, llamada fibrilación atrial.

  3. Aumento del colesterol: el alcohol por encima de 60 g/día estimula el aumento del VLDL, también conocido como “colesterol malo”, y disminuye el HDL, “colesterol bueno”.

  4. Aumenta el riesgo de aterosclerosis: personas que consumen mucho alcohol presentan inflamación de las paredes arteriales, además de que favorece a la acumulación de grasa en el interior de las arterias formando unas placas que dan origen a la aterosclerosis.

  5. Miocardiopatía alcohólica: esta alteración hace que haya un aumento de la resistencia vascular, disminuyendo el índice cardíaco.

  6. Aumento del ácido úrico: el alcohol en exceso causa un aumento del ácido úrico que puede depositarse en las articulaciones causando dolor agudo, conocido popularmente como gota.

 
 
 

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